miércoles, 22 de abril de 2015

"TELOLOAPAN PUEBLO TRADICIONAL"



               
                  UNIVERSIDAD TECNOLÓGICA DE LA REGIÓN NORTE DE GUERRERO
DIVISIÓN/CARRERA

                           Técnico en Tecnologías de la información y Comunicación




¿Qué significa Teloloapan?


En el libro Teloloapan a través de los tiempos (1987) se da una descripción detallada del significado basándose principalmente en el estudio del glifo que aparece en el famoso Códice Mendocino, la comisión editora concluye "Teloloapan no puede significar 'agua o río bajo las piedras' porque... en nuestro pueblo no existe ningún río... y sería más propio un significado como 'lugar de pedregales'", por último sugieren tomar el significado como "lugar donde abundan los pedregales"



En relación a la interpretación del glifo, a continuación a manera comparativa se muestran los correspondientes a distintos lugares que tienen como común denominador la terminación Apan,
Coyolapan, cozamaloapan, chilacachapa, Huitzilapan, Miahuapan, Michapan, Tamazulapan, Tecoloapan, Totolapan y Acuitlapan.










 ´

En todos ellos, los investigadores coinciden en que la terminación "apan" se expresa mediante un canal de agua, o río, con la variante que se le agrega el animal u objeto representativo del lugar en cuestión, así tenemos en los anteriores; el primero, literalmente se traduce como:

 "En el agua que hace ruido como los cascabeles", así tenemos; colibrís, comadrejas, sapos, chiles, aves, etc... Recordemos que la escritura azteca era básicamente ideográfica y de este modo al identificar determinado lugar mediante un jerogífico se dibujaba la idea que mejor describía al lugar en cuestión.



Antonio Peñafiel en su libro, define Teloloapan como:" Telolo-apan, de lengua mexicana; rio del pedregal: de telolotli, bodoque de piedra, y la terminación apan"

Una versión que consideramos de más valor es la transcripción moderna de una serie de Relaciones Geográficas elaboradas por mandato del Rey de España en el siglo XVI. Para ser más exactos, en el año de 1579.

Estas Relaciones -una especie de monografía- recopilaban información muy variada acerca de los pueblos que conformaban el reino de la Nueva España, uno de los cuestionamientos era qué significaba en "lengua de indios" el nombre de las poblaciones y por qué se llamaba así.

Los Alcaldes y "principales" de Teloloapan en presencia de un escribano y un intérprete dijeron "que en el dicho pueblo de Teloloapan se llamó así porque está en él un ojo de agua que lo era como una bola, y TELOLO quiere decir "bola" y APAN quiere decir "sobre agua'.

Por otra parte en las citadas Relaciones Geográficas se aclara que el ojo de agua estaba en el pueblo, no a un lado, ni a media legua, ni en el cerro de enfrente, es decir, que se referían a un manantial que posiblemente brotaba en lo que hoy es el centro de la ciudad, lugar muy propicio para que hubiera un asentamiento humano. Como lo podemos deducir de la lectura de la mencionada fuente: "Está el pueblo de Teloloapan en un asiento de unas cuestas no muy altas, todo cercado de grandes pedregales, que por todas partes lo hay...”

No es creíble aceptar que los antiguos habitantes se desplazaran hasta los "arroyuelos pequeños" que cruzaban el territorio y que ahora son cauces de aguas negras. Otro reforzamiento a esta teoría es la gran cantidad de pozos que existen a lo largo de la pequeña meseta en la que se ubica el centro de Teloloapan, desde los inicios de la cuesta del Calvario, sobre todo por la calle Cuauhtémoc, parte de la calle Madero, y principalmente en la zona del centro, la iglesia de Santa María de la Asunción, y como dato curioso, en lo que conocemos como "el castillo" es interesante observar la solución que dieron en la construcción al problema que representaba y que aún representa el brote de agua bajo los cimientos.

Por lo anterior podemos suponer que el nombre de Teloloapan al incluir el nombre de Bola, pelota, o "bodoque" y por consecuencia sería más adecuado decir que Teloloapan, significa: “piedra Bola en el agua"

Gastronomía


La gastronomía es excelente, comenzando e mole rojo, importante industria local, cuyos productos se venden en muchas partes de la república, y que sirven para preparar de todo.




Los tamales nejos





Los dulces de leche, el mezcal, la barbacoa, la nieve de vainilla con pan, el pan, el pan de muerto, los hojaldres, la salsa de jumil, el requesón, las natillas, las gelatinas con rompope, las tortillas de dulce, la calabaza.

Lugares turisticos



La ciudad de Teloloapan cuenta con diversos sitios de interés y de atractivo turístico. Uno de los más conocidos en el área es la famosa piedra de la Tecampana, ubicada en una loma del mismo nombre, muy cerca del área conurbada de la ciudad. La particularidad de esta roca es que, al ser golpeada por otra, emite un nítido sonido similar al de una campana. A la roca se le atribuyen míticas leyendas de corte prehispánico.


Aproximadamente a un kilómetro al norte del zócalo de Teloloapan y a unos 300 m al poniente de la iglesia de la colonia Mexicapán, se localiza una pequeña elevación toda cubierta de pedregales  que desde tiempos inmemoriales ha estado envuelta en el misterio y que se conoce con el nombre del “Cerro de la Tecampana" lugar especial que es visitado por todo aquel forastero que es atraído por la magia de la tecampana. 

Una enorme roca sobresale por sus únicas propiedades, al ser golpeada con otra piedra suena con un sonido semejante al de una campana, un tañer claro y nítido como si fuera del más fino metal, este es el canto de amor de dos jóvenes príncipes que de esta manera pregonan el amor y la felicidad por haberse amado, y que a consecuencia de este amor prohibido fueron maldecidos y convertidos en esta piedra que canta.

Según la leyenda, a la muerte del Rey Azteca Ahuitzol, soberano muy cruel, tenía que sucederlo en el trono su hijo el príncipe TECAMPA a quien llamaban Cuali; según las tradiciones para llegar a ser emperador Tecampa tenía que emprender la xochiyaóyotl o guerra florida, que a diferencia de las guerras de conquista, tenían por objeto procurarse prisioneros para sacrificarlos al dios del sol,  Huitzilopochtli. 

Al toque de los teponaxtles y rugir de los caracoles emprendió su camino hacia el sur de la capital mexica porque su meta era llegar a conquistar un pequeño reinado indígena ubicado en el lugar llamado Mexicapán e incorporarlo al imperio Azteca; para esto Tecampa venció a los pequeños pueblos de Alahuixtlán, Quauhtlapechco, Ixtlahuacatengo, Oztuma, Alpixafia y Tlaxicaztla, logrando tomar bastantes prisioneros, por último se encamina a Mexicapán; pueblo de raza chontal, el calpixque o jefe del lugar llamó a Texol, quien vivia en paz junto a su hija NA, joven de una hermosura inigualable que amaba mucho a su padre y era fiel a la independencia de su raza. No era la primera ocasión que su pueblo era amenazado, y ya se habían liberado de pagar el tributo al cacique chontal Tletecuhtli, el "señor Fuego", Texol se apresura a alentar a las tropas chontales a luchar con denuedo y vencer o a morir en la pelea. 

Con el sonido del huéhuetl o tambor se inicia esta guerra con hondas, arcos, flechas con la puntas envenenadas, dardos, macanas y atlalt, con los dos bandos luchando aguerridamente, cuerpo a cuerpo, pero a pesar de lo encarnizado de las batallas pasaban los días sin que hubiera un vencedor. 

El viejo Texol, con su habilidad, inflige severas bajas al ejército invasor y el príncipe Tecampa derrama la sangre de los defensores en los campos de Mexicapán. Después de casi un mes el pueblo no había sido conquistado, los víveres se iban agotando, el maíz, frijoles, chian y papaloquilites escaseaban, los viejos sacerdotes encendían el copal frente a la imagen de su dios represantado en una piedra, para que los males se aplacaran y sus guerreros salieran victoriosos, pero finalmente el invasor se apodera de las fuentes de agua de Xochitla, Texcalatla y Tecatitlan, manantiales que surtían de agua a los lugareños, que por el asedio, morían de sed. Había que reconquistar los manantiales, aunque fuera a costa de sus vidas. La princesa Na que siempre estaba al lado de su padre, le dice: " La vida de tus guerreros es más necesaria que la mía, yo voy por el agua para ti, para tu pueblo y para tus guerreros, ordena que me acompañen las doncellas que quieran sacrificarse conmigo". 

Varios oficiales que se dieron cuenta de la valentía de la princesa Na, se ofrecieron a acompañarla, pero el Rey Texol de Mexicapán después de haber meditado la propuesta, manifestó a sus generales que "era mas valiosa la vida de sus guerreros que la de su hija a la que estrechó en sus brazos y le dijo: " Ve por el agua y que Chalchiutlicue, la diosa de los torrentes y de los ríos te proteja". 

Al otro día la princesa con sus doncellas se dirigió a la pila de Xochitla —lugar donde abundan las flores— , guarnecida por un grupo de guerreros comandados por el príncipe Tecampa, quien despreocupado contemplaba el infinito, el tumulto y la gritería provocados por la aprehensión de las doncellas volvió a la realidad al distraido guerrero y al ver la escena ordenó con voz resuelta que liberaran a las jóvenes. La princesa Na, al mirar al poderoso y enérgico jefe, preguntó valientemente: 
—Señor, ¿tú eres el Rey de los Aztecas?, 
Y el contestó 
—Si, ¿que quieres Bella flor?—, 
Contestó Na: 
—Deseo que a cambio de mi vida y la de estas doncellas me permitas llevar a agua para mis compatriotas que mueren de sed, yo se que tu eres bueno pues mi corazón me lo dice...
Tecampa sorprendido por la declaración, pero, ante todo, prendido de la belleza y valentía de la joven le pregunta su nombre para enseguida indicarle:
—Toma el agua que quieras y si algo vale para ti mi amor, mañana cuando salga el sol, te espero en aquella elevación, no para ofrecerte agua sino mi corazón y mi sangre. 
Na flechada por gallardía y disposición de Tecampa suspiró y le dijo: 
—Gracias por tu generosidad, llevaré el agua y mañana estaré en el lugar indicado. 

Después de haber distribuido el agua, la princesa se aparta a sus aposentos y se pone a meditar, pues en su corazón había una lucha muy grande: el cariño a su padre y a su pueblo y por otra el amor que le había despertado el príncipe Tecampa. 
Después de haber reflexionado decide ir a la cita donde el Rey esperaba ansioso. Al verla, él corre a encontrarla y a estrecharla y con pasión le dice: " Mi bella Na, allá a la derecha de aquel volcán de Tollocan, se encuentra mi poderoso imperio Azteca que desde este momento te ofrezco para que juntos hagamos felices a nuestros pueblos". 

Pero el padre de la princesa la siguió y se dio cuenta de que ella fue al encuentro del más grande enemigo de su pueblo, quien había causado grandes pérdidas y con el corazón destrozado, lleno de ira y viendo en este amor la más alta traición les dice: "Malditos sean los dos príncipes", luego imploró a los dioses de su pueblo para que aplicaran un castigo ejemplar a los traidores rogándoles convirtieran en piedra a los enamorados, inmediatamente los dos cuerpos se fundieron en una gran piedra y desde entonces TECAMPA y NA están unidos para siempre y cuando alguna mano llega a tocar esa hermosa piedra, se escuchan las palabras de amor de los príncipes en el dulce y melodioso sonido de la tecampana.




El castillo
El flamante edificio que albergaba estas industrias, aun lo podemos admirar en la esquina que forman las calles de Hermenegildo Galeana y Vicente Guerrero de esta ciudad.
La Revolución Mexicana que se iniciara aquí en Teloloapan propiamente en 1911, con su ímpetu arrollador y cruel, originó que ‘La Fábrica’ como se le conocía, cerrara sus puertas y sus propietarios tuvieran que emigrar a la Ciudad de México, abandonando todo. Cuando una relativa calma se fue sintiendo en nuestro país, don Florencio M. Salgado retornó a Teloloapan y en unión de sus hijos trató de reiniciar sus actividades industriales, pero ante la destrucción reinante producto de la violencia revolucionaria, fue más que imposible echar a andar ‘La Fabrica’.
Durante la época posrevolucionaria, el edificio sirvió como cuartel de la numerosa tropa federal acantonada aquí. Fue hasta 1945 cuando don Héctor Salgado Gama quien fue hijo de don Florencio, rehabilitó la planta alta de la casona y la convirtió en salón de fiestas; mientras que en la planta baja funcionaba un molino para nixtamal que las amas de casa aprovechaban para obtener la masa para las sabrosas tortillas. En otro sector y aunque en menor escala, se producía aceite comestible de ajonjolí, así como pasta alimenticia para el ganado vacuno. Algunos años después, todas las actividades se paralizaron y desde entonces se encuentra practicamente en total abandono.

Solicitado ante la autoridad municipal de Teloloapan por el patronato de promuseo encabezado por el Prof. Francisco Nájera Castrejón y el Prof. Roldan, Prof. Humberto Cuevas Rodríguez siendo la autoridad correspondiente en ese momento (presidente municipal) el Prof. Waldo Ojeda Sánchez y síndico procurador el Prof. Julio segura en el año 1978 dándole el nombre de General Jesús H. Salgado oriundo de la comunidad de los Sauces Gro., que pertenece a este municipio, a la fecha siguen exhibiéndose sus vestigios y en buen funcionamiento, desde su nacimiento como pueblo Chontal, hablando su dialecto náhuatl donde esta región en los tiempos de la independencia de México tuvo una participación notoria a nivel nacional con la destacada participación el Gral. Vicente Guerrero, tanto así que Teloloapan y Acatempan fue el escenario de la consumación de la independencia sustentado así por documentos que existen en el museo para validarlo y registrado en el archivo nacional de guerra de la presencia de Agustin de Iturbide en Teloloapan.
Por eso el material que existe en nuestro museo es de suma importancia porque es la evidencia que existe de la participación de nuestro Teloloapan en la consumación de la Independencia

CUEVAS DE OXTOTITLAN




CUEVAS DE TELOLOAPAN


Tradiciones


Los diablos de teloloapan

Los Diablos de Teloloapan no son como los típicos personajes diabólicos, representantes del pecado y del mal. Estos son diablos patrióticos, dado que tuvo su origen entre 1818 y 1821, durante la última etapa de la Guerra de Independencia. Después de 8 largos años de lucha contra los españoles, ya los insurgentes habían sido derrotados en varios estados de lo que se convertiría en la República Mexicana. En 1818, todavía quedaba una pequeña flama de resistencia entre los insurgentes que se encontraban luchando por su independencia en el hoy estado de Guerrero, bajo el mando del general Vicente Guerrero Saldaña. En el norte del Estado, Pedro Ascencio de Alquitiras, lugar teniente y brazo derecho de Don Vicente, comandaba a las tropas insurgentes. Esta banda enfrentó a los soldados del comandante realista Agustín de Iturbide en varias ocasiones.
Una vez hacia fines de la guerra, Pedro Ascencio y sus hombres se encontraron sitiados por los realistas en el pueblo de Teloloapan. Pero al astuto y creativo Pedro se le ocurrió tallar máscaras de madera de colorín, con cuernos de borrego y chivo. Hizo que sus hombres se vistieran con cueras de gamuza de venado para complementar sus máscaras diabólicas. Tomaron sus chicotes de ixtle y, produciendo ruidos espantosos, hicieron su aparición de noche desde las cuevas de los alrededores de Teloloapan. Los españoles, temerosos y supersticiosos pensaron que eran demonios del mismísimo infierno y se espantaron tanto que huyeron sin más, dejando sus armas y parque. Esta estrategia de guerra les sirvió a los insurgentes varias veces durante sus enfrentamientos con el enemigo en la región Norte de Guerrero.
El concurso
Durante mucho tiempo, la gente de la región conmemoraba a Don Pedro y sus hazañas, ya que cada 16 de septiembre salían diablos como parte de la celebración del aniversario de la Independencia Mexicana en poblados como Apaxtla, Oxtotitlán y Chapa. Pero esta tradición se ha perdido en muchos lugares. Solamente en Teloloapan se sigue conservando y el Concurso de los Diablos se ha convertido en el símbolo del municipio.
Cada 16 de septiembre en la tarde, el zócalo de Teloloapan se llena con ciudadanos ansiosos de ver a sus amados diablos y de presenciar su desempeño en la competición. Entre 20 y 30 diablos con calificados por su máscara: una obra artesanal elaborada de madera de colorín y decorada con pintura esmalte, lana de borrego, dientes de cerdo y de vaca, y cuernos de borrego, chivo, venado o vaca. También se toma en cuenta la tradicional vestimenta: una cuera de gamuza de venada que proviene de los antiguos ganaderos de Tierra Caliente; el manejo del chicote de ixtle y la resistencia con el mismo. El ganador recibe un hermoso trofeo y un premio económico por parte de las autoridades del pueblo, aunque lo más importante es el cariño que recibe del público.
Durante la siguiente semana, los diablos salen cada tarde para visitar las colonias del pueblo, seguidos por bandas de niños y usualmente acompañados por “la vieja de los diablos”: un hombre o chico con máscara, vestido y rellenos de mujer. Eventualmente llegan al zócalo, donde se toman fotografías con los niños, piden (o agarran) comida de los comerciantes y “anónimos” debajo de sus máscaras, pasean con las muchachas. Si uno de sus miembros falleció durante el año, también lo visitan en el panteón, llevando ramos de flores para dejar en su tumba.
Don Fidel, padre e hijo
La conservación y fortalecimiento de eta tradición se deben en gran parte al esfuerzo de un hombre, Don Fidel de la Puente Fabián, quien fue el encargado de la tradición, dándose a conocer como mascarero a nivel mundial durante 55 años, desde 1945 hasta que falleció en el año 2000.
Antes de que él participara, las manadas de diablos acostumbraban salir de diferentes colonias y pelear entre sí. Prácticamente huérfano, Don Fidel creció en las calles, donde aprendió a luchar para sobrevivir, y adquirió habilidades que le ayudaron a domar y controlar a los feroces diablos, juntándolos en una sola banda que llegó a ser el orgullo e identidad de los teloloapenses.
Dedicó diez años de su vida de tiempo completo a la difusión de la tradición que amaba, acompañando a sus máscaras en exhibiciones dentro y fuera de la República Mexicana. Don Fidel dejó la tradición de los diablos de herencia a su hijo, Fidel de la Puente Basabe, quien concursaba elaborando sus propias máscaras desde la edad de 10 años. Entre 1970 y 2000 obtuvo 25 primeros lugares, todos dedicados a su padre. Ahora desempeña el papel de encargado de los Tradicionales Diablos de Teloloapan, aunque no descarta la posibilidad de volver a concursar.
Igual que su padre, Fidel de la Puente, hijo, ha apoyado en la difusión de los diablos, logrando su participación en desfiles en Chilpancingo, Acapulco, Iguala, Arcelia, Taxco y notablemente en eventos patrocinados por asociaciones de teloloapenses radicados en la Ciudad de México. Su actividad más reciente fue el montaje de una exhibición única de máscaras de su colección en el Museo Regional ubicado en la capital del estado.

ofrendas da de muertos
Dia de muertos

La fiesta de los muertos en la tradición mexicana es una celebración a la propia muerte. Cada año, de acuerdo con el calendario católico, los días con los que comienza el mes de noviembre se convierten en un ritual de antecedentes prehispánicos en el que se levantan altares para honrar a los santos difuntos. Se pone la mesa para recibir la presencia inasible de quienes ocuparon un lugar en el mundo de los vivos y que ahora toman forma en esencias, alimentos, bálsamos y elementos que los traen de vuelta.
La ofrenda comprende una práctica sagrada en la que las dádivas se representan a través del pan, la sal, la fruta, el agua, el vino y el alimento preferido del difunto. Se pueden enriquecer según la tradición de la región, comunidad o familia e incluir otros elementos que personalicen el acto. La ofrenda es, entonces, el reencuentro con un ritual que convoca a la memoria para dialogar con el recuerdo de los muertos.
Desde otro punto, la ofrenda es la fusión del viejo y el nuevo mundo que permitió la integración cultural de las costumbres europeas (flores, veladoras) y las tradiciones indígenas (copal, flor de cempasúchil y elementos naturales).

Costumbres 






Durante la segunda mitad del siglo XX, el Mole de Teloloapan tuvo un desarrollo visible al industrializar su producción para facilitar su preparación, y a través de su comercio el reconocimiento de su calidad en otras latitudes. Actualmente existen más de 15 marcas registradas y en distintos niveles de industrialización, que distribuyen nuestro mole a gran parte del país y al extranjero.
La Feria del Mole nace en el año 2000 como iniciativa del Ayuntamiento para integrar a los productores a exponer y difundir el platillo más representativo del municipio. Sin embargo ha hecho falta ampliar la perspectiva sobre el potencial que este evento puede detonar.
En la XXII Feria del Mole de Teloloapan buscamos regresar al sentido tradicional, exaltando la elaboración del mole como un elemento de identidad teloloapense y posicionarlo como un referente obligado de la gastronomía en Guerrero.
Proponemos convertir la Feria en un espacio para hablar de gastronomía como Patrimonio Cultural y como una opción para el desarrollo cultural, turístico y económico de la región.
En esta décimo segunda Feria Tradicional del Mole de Teloloapan contaremos con la participación del Instituto Guerrerense de la Cultura, la Unidad de Culturas Populares, la Secretaría de Fomento Turístico, y la Secretaría de Desarrollo Económico.
¡Teloloapan te espera este 14 y 15 de agosto!


El mole mas sabroso de todo México en Teloloapan Guerrero, el día 14 de Agosto se celebra la Feria del mole Teloloapan, Estas cordialmente invitado, disfruta de sus exquisitos platillos, siente su sabor y vive su tradición. El mole mas rico solo lo encontraras en esta Hermosa localidad. En esta ocasión en Sabor a México te vamos a platicar un poco sobre la Historia del Mole que se remota a la época precolombina, se dice que los aztecas preparaban este platillo para los grandes señores, este platillo era llamado “Mulli” que su significado es potaje o mezcla.

 * NANCY MAYELA ANTUNEZ LAGUNAS 
 * ANGEL GABRIEL CLETO RABADAN
 * DALIA ZAYDET VENEGAS JIMENEZ
 * MELISA LIBETTe URISTEGUI URIESTEGUI